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Mostrando entradas de marzo, 2020

El microrrelato

Aunque no es un género nuevo, el microrrelato ha sido muy cultivado en los últimos años. Se trata de una forma sorprendente de la literatura: es un chispazo, un apunte tan solo en el que se condensan unos sentimientos o se sugieren unas situaciones. Hay un microrrelato muy célebre de una sola línea de Augusto Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí." Es una narración corta en la que se resume una historia. Lo importante es la sorpresa: el microrrlato, por su intensidad, debe sorprender al lector, no lo ha de dejar indiferente. Hay autores muy talentosos que se han dedicado a este género conciso y hasta cierto punto extraño de nuestra literatura.  Otro ejemplo de microrrelato, este un poco más largo: "Todos los veranos regreso al lugar que un día ocupó mi pueblo, sumergido desde hace treinta años bajo las aguas del pantano. Me siento en la orilla, o en un roquedo, y cada mañana, a las diez en punto, escucho un sonido que sube desde las profundida

La descripción

La descripción constituye una modalidad textual que con frecuencia aparece incorporada a la narración. Se pueden describir personas, objetos, lugares o sentimientos. En la descripción debe haber un orden. En ella son importantes los marcadores espaciales, como en primer término, a la derecha, a lo lejos, al fondo, etc. En todas las clases de descripción son muy importantes los adjetivos calificativos.; cuando se describen paisajes, destacan los de carácter sensorial. También se usan comparaciones, metáforas y personificaciones. Algunos de los mejores paisajistas de nuestra literatura son Unamuno, Azorín y Gabriel Miró. El siguiente teto, perteneciente a Platero y yo  de Juan Ramón Jiménez, puede servir de modelo: "La cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido, y las hierbas y las florecillas, encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno

Los diálogos

En esta nueva entrada del blog explico el uso del diálogo en los textos narrativos. Aunque es algo que algunos sabéis, es bueno recordarlo. En la cuarta semana, os mandaré un ejercicio relacionado con ello. El diálogo en los textos narrativos se emplea para dar voz a los personajes; forma parte del estilo directo. A menudo está introducido por un verbo de lengua, como decir, proferir, contestar, opinar, etc. Este verbo puede aparecer antes: en este caso, se escriben tras él dos puntos y en la línea siguiente, aparte, se reproducen las palabras literales que pronunciara el personaje, como en el ejemplo siguiente: "Antonio dijo: -Estoy arrepentido de haber venido." Cada intervención de los personaje se marca inicialmente con una raya (aunque en el teto anterior aparece un guion por falta de este signo en el teclado con el que escribo la entrada del blog; la raya es algo más larga que el guion). El verbo del lengua puede aparecer en medio o al final de la intervenció

La prosa poética

La prosa poética es un nuevo género literario que surgió en la segunda mitad del siglo XIX. Fue muy cultivado en la época del Modernismo. Un ejemplo de prosa poética es el libro Platero y yo de Juan Ramón Jiménez. Es un género escrito en prosa que usa recursos propios de la poesía lírica, como el ritmo, la adjetivación y el empleo deliberado de determinadas figuras retóricas que son características del lenguaje poético. Además, los temas que trata son los mismos que inspiran a los poetas. Lo puedes comprobar en los siguientes textos: "El año está siendo de jaramagos. ¿Qué ángeles amarillos, de dónde han venido, cuándo que no los vimos, a sembrar jaramagos y más jaramagos en el campo? Parece como si un inmenso pintor con una brocha anchísima se hubiera entretenido en ir pintando de amarillo las camadas de los olivos, punteando de amarillo zanjas y lindes, cercados y senderos, dejando en claro los redondeles de los olivos, los sembrados que limpió el escardillo." José Antonio

El libro de memorias

Trafalgar, como otros muchos episodios nacionales de Galdós, está escrito como un libro de memorias. Son muchos los libros de memorias que se han escrito. Algunos de los más conocidos son Confieso que he vivido de Pablo Neruda, La arboleda perdida de Rafael Alberti o Vivir para contarla de Gabriel García Márquez. En casi todos estos libros de memorias los capítulos que resultan más interesantes son los de la infancia y la adolescencia del autor. Así empieza el primero de ellos: "Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia. Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llover que se ejercía como un poder terrible y sutil en mi Auracanía natal. Llovía meses enteros, años enteros. La lluvi

El diario

El diario es un género heterogéneo, en el que cabe todo: narración, descripción, diálogos, pensamiento, sensaciones, reseñas de libros, relatos de sueños... Dos textos pueden servir de ejemplo: "26 de abril. A ciertas horas del día, a media tarde, por ejemplo, el perfume de las acacias que ahora empiezan a florecer en la calle del Sol, es de una dulzura literalmente embriagadora, quizás un punto demasiado dulzona, un olor de postal, excesivamente pegajoso, viscoso, triste." Josep Pla, El cuaderno gris. Miércoles 3. Otra vez, como siempre, no me decido a romper lo que me agobia, a quitarme de encima esta continua sensación de fracaso. Será Inés quien un día u otro hará algo, alguna cosa que todavía no sé, que nos llevará al final. Lo que tememos secretamente es lo que siempre ocurre." Ricardo Piglia, Los diarios de Emilio Renzi.