El microrrelato

Aunque no es un género nuevo, el microrrelato ha sido muy cultivado en los últimos años. Se trata de una forma sorprendente de la literatura: es un chispazo, un apunte tan solo en el que se condensan unos sentimientos o se sugieren unas situaciones. Hay un microrrelato muy célebre de una sola línea de Augusto Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí." Es una narración corta en la que se resume una historia. Lo importante es la sorpresa: el microrrlato, por su intensidad, debe sorprender al lector, no lo ha de dejar indiferente. Hay autores muy talentosos que se han dedicado a este género conciso y hasta cierto punto extraño de nuestra literatura.
 Otro ejemplo de microrrelato, este un poco más largo:
"Todos los veranos regreso al lugar que un día ocupó mi pueblo, sumergido desde hace treinta años bajo las aguas del pantano. Me siento en la orilla, o en un roquedo, y cada mañana, a las diez en punto, escucho un sonido que sube desde las profundidades, un tintineo sordo, conmovedor, helado como una pena. No, no es el tañido de las campanas de la iglesia, me digo siempre, se parece más al timbre de la bicicleta del cartero." Ángel Olgoso, La máquina de languidecer.

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